lunes, 6 de octubre de 2008

Nine Inch Nails en Chile




El día en que Nine Inch Nails tocó en Chile fue para mí la culminación de todo un ciclo vital. Chile es un país isla. En la mayor parte de su superficie, la única conexión con el mundo es el océano. Nada llega sin mucho esfuerzo. Es por eso que quienes disfrutamos de grupos con una audiencia escasa al lado de artistas más masivos, nos acostumbramos a tener que esperar por años a que vengan y gastar todos nuestros ahorros en una entrada que pensamos será la única posibilidad que tengamos para verlos. Esta no fue la excepción.

El "Arena Santiago" es un recinto "a lo gringo". Me sentí muy burgués al entrar acompañado de una señorita que nos dejó en el asiento mismo que había comprado eligiendo mi asiento en una pantalla, algo muy alejado de los recitales en locales a medio caerse y en el que un baño bueno es un lujo.

Antes del concierto tocó una banda chilena, cuyo nombre no retengo, con una gran influencia de Rammstein. No tenían batería, y el peso de lo rítmico se lo llevaba el teclado con las pistas pregrabadas. Un grupo con un sólido sonido, pero que está encerrado en la música "de género". Demasiado deudores del metal industrial, las canciones no logran diferenciarse y puede llegar a ser monótono, pese a que se incita más bien al movimiento. Incluso la versión que hicieron de "El derecho de vivir en paz" de Víctor Jara pudo ser la versión de cualquier otra canción de cualquiero otro cantante de cualquier otro estilo, porque todo se redujo a un riff más o menos constante muy parecido a las canciones anteriores. De todoso modos, se trata de una banda potente y con un buen show en vivo que si maduran más su música puede ofrecernos muchas más cosas.

Nine Inch Nails salió al ruedo a la hora. Con una precisión mecánica comenzó un show electrizante. Si bien los años de espera pudieron contribuir a la ansiedad de verlos tocar, es innegable que la propuesta escénica de la banda es algo que es necesario experimentar.

Una de las cosas que se le pueden criticar al llamado "rock industrial" es precisamente lo que lo caracteriza: su apoyo en elementos electrónicos muchas veces pregrabados. Sin embargo, NIN está lejos de ser una banda que se accione con un botón. Enérgicos y energéticos hicieron un concierto cargado de fuerza en vivo, de un sonido y estética cuidadísimas. Empezaron con el par 999.999 y 1.000.000 del disco The Slip.





Las canciones que tocaron en total fueron.

- 999,999
- 1,000,000
- Letting You
- Discipline
- March of the Pigs
- Piggy
- The Frail
- The Wretched
- Head Down
- Closer
- Gave Up
- Corona Radiata
- The Warning
- Vessel
- Pinion
- Wish
- Terrible Lie
- Survivalism
- The Big Come Down
- 31 Ghosts IV
- Only **
- The Hand That Feeds
- Head Like a Hole
- Echoplex
- Reptile
- God Given
- Hurt
- In This Twilight
- Zero sum


Puesta en escena: La tecnología al servicio de la música


Si en algo se caracteriza el rock industrial es en el uso de máquinas electrónicas. Secuencias, sintentizadores, entre otros artefactos, hacen de la canción un campo de experimentación de sonidos que de otra manera no podrían ser efectuados. Es la consecuencia lógica de una época tecnologizada, pero que a diferencia de otros estilos igual de dependientes de los implementos tecnológicos como el dance electrónico, existe una visión mucho más conciente de lo que significa estos avances en el ámbito musical, pues se escenifican.

Si la música de Nine Inch Nails aprovecha la tecnología para generar los sonidos que la caracterizan, sino que sus letras abordan muchas veces el rol de la tecnología en la forma de ver que tenemos del mundo. Por ejemplo, en "Gave Up" de hace alusión al cuerpo humano como una máquina.



La presentación de Nine Inch Nails sigue la misma lógica de escenificación tecnológica. Al principio sólo se veía a la banda sin ningún otro aparataje que los equipos musicales que normalmente usan. De pronto, luces, formas y colores variados comenzaron a verse no sólo detrás, sino delante de ellos. Una de las cosas que se robó la película en el concierto fue el uso de una pantalla no rígida compuesta de una malla con paneles. Una delante y otra detrás de ellos generaba imágenes tridimensionales que en algunos casos envolvían al grupo.

En el siguiente video podrán ver de lo que les hablo:






La música de Nine Inch Nails y la crítica social

Cabe mencionar que Trent Reznor ha adherido a la política de "abrir" los derechos de autor, mediante "Creative Commons", difundiendo parte de su material en la página oficial del grupo en internet (www.nin.com). Este es un claro gesto político de crítica al sistema social que explica las temáticas de sus últimas producciones y la puesta en escena de esta gira.

Trent Reznor habló poco en el escenario, pero una de sus intervenciones fue pidiendo disculpas por su presidente. Acto seguido tocaron "The Hand That Feeds", acompañando el tema con imágenes de George Bush y Dick Cheney.



Esta función crítica de la música de NIN estuvo presente en varios momentos. Después de un intermedio, una cruz formada en el cañon de una pistola fue la imagen con la que comenzó la segunda parte del concierto, en clara alusión a los conflictos bélicos y sociales que han ocurrido por posiciones religiosamente conservadoras. Téngase en cuenta que no es una crítica a LA relgión, pues no se trata de una respuesta a la violencia a posiciones extremistas del Corán, sino más bien a las corrientes ultraconservadoras del cristianismo norteamericano que han sustentado política y, en algunos casos, económicamente, el gobierno de Bush.



En la alabanza tecnológica de NIN existe una conciencia del peligro de la máquina sin espíritu. El mundo actual aparece como negativo y el sujeto pasa por estados que van de la desesperanza a la ira, en ese movimiento de calma y tensión que se expresa en las mismas canciones del grupo.

Particularmente ambigua fue la imagen que acompañó el tema final, "Zero Sum": una industria vista desde lejos y llamas alrededor. No podía apreciarse si el daño correspondía a lo que la industria hacía al entorno o por un bombardeo que tenía como blanco la industria. Tanto la lectura "ecologista" como la "antibélica" son iguales de críticas ante lo que la humanidad le está haciendo a su entorno y a sí misma.


Poco a poco la música se va relajando y los músicos van saliendo uno a uno del escenario despidiéndose del público. Reznor se queda solo en el escenario tocando el teclado y la última luz lo despide de este memorable concierto.




Si quieres bajar este concierto: http://www.demonoid.com/files/details/1646251/3590917/

Para bajar el album "The Slip": http://theslip.nin.com/



Agradecimientos: A Nidia Lizama, por tomar casi todas las fotos que aparecen en este artículo.