miércoles, 8 de abril de 2009

Opeth

Santiago 4 de abril de 2009


Cuando Mikael Akerfeldt dijo "Finally" en un Teatro Caupolicán lleno de seguidores, después de tocar "Heir Apparent" su primera canción en suelo chileno, fue la culminación de una espera prolongada más de lo necesario.



Ya en el año 2002 se anunció con mucha anticipación el concierto que daría la banda sueca Opeth en la ex-discoteque Laberinto. En una doble jornada se daría cuenta de las dos grandes corrientes dentro de la agrupación: una agresiva y energética con voces muy guturales cercanas al death metal, y otra más intimista y acústica. Era precisamente esa tensión entre una y otra lo que tal vez le dé más créditos entre sus seguidores.

Lamentablemente, no se pudo llevar cabo ninguna de las dos jornadas debido a problemas de traslado de la banda desde México. De ahí que fuese tan esperado este momento y además que se tuviesen tantas expectativas.

Aunque Opeth comenzó su concierto con una canción de su álbum más reciente, Watershed, fue condescendiente con un público que no había asistido nunca a alguna de sus giras anteriores. Es así como la banda se paseó por prácticamente toda su discografía tocando temas de sus primeros discos.

El Teatro Caupolicán se llenó poco a poco y fue dando paso a una audiencia impacientada por tantos años de espera. Por eso fue que pasadas las 20.00 hrs., cuando salió el grupo telonero Manatarms fueron más los gripos por Opeth que los aplausos a un grupo que nadie en verdad conocía.

Con un estilo más cercano a Tool o Incubus, resistieron los gritos que clamaban por Opeth con riffs pegajosos e inteligentes, pero que pocos tenían ganas de escuchar. Mención aparte la tiene su guitarrista líder que se robó el escenario con sus gestos mientras tocaba, a diferencia de su vocalista que se notaba incómodo.


Cuando salió Opeth el público estaba ya exaltado. Desde los primeros acordes se vislumbraba lo que venía: un concierto cargado hacia el lado más duro de la banda. Aunque tocaron temas más acústicos, Opeth quiso mostrarnos su lado más enérgico paseándose por casi todos los discos de su producción.


Lo más destacable del concierto es que lograron establecer una conexión con el público bastante directa. Se entiende que exista una expresión de energía en un espectáculo ligado al metal, debido a sus características, pero en especial Akerfeldt hizo que la gente se sintiera a sus anchas en un show en donde no sólo se entregó "dureza", sino ante todo, una comunicación entre los que asistimos a él. Este vocalista no sólo se lució con su capacidad de gritar guturalmente y cantar sobresalientemente en una misma línea melódica sin perder la voz durante el concierto, sino que además hizo bromas, se puso un gorro andino que alguien dejó caer en el escenario, molestó al bajista Martin Mendez, hizo cabecear al público un tema sin música y se hizo la estrella de rock regalando uñetas que previamente había empapado con su saliba. Un verdadero showman que hizo del concierto un verdadero espectáculo que, además de la calidad de los músicos le dio un sabor especial.


La coordinación entre Akerfeldt y nuevo guitarrista Fredrik Akesson fue perfecta. Pareciera que llevan mucho tiempo tocando jutnos, pues incluso en los temas antiguos se nota una sincronización especial entre ellos. Así mismo, el baterista Martin Axenrot y el tecladista Per Wiberg ya son parte integral de la banda, lo que se aprecia en temas en los que la sincronización y el lucimiento instrumental son lo importante.


Metal del mejor, una banda en su madurez compositiva y con una postura en vivo inteligente y cercana a su audiencia, hacen de este concierto uno de los memorables.


Setlist

1. Heir Apparent
2. Ghost Of Perdition
3. Godhead's Lament
4. The Leper Affinity
5. Credence
6. Hessian Peel
7. Closure
8. The Night And The Silent Water
9. The Drapery Falls / Harvest
10. The Lotus Eater
11. Deliverance



Páginas sugeridas:

www.opeth.com
www.myspace.com/opeth

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